miércoles, 8 de septiembre de 2010

No soy ninguna cenicienta.

A veces pienso que no sé expresar mis sentimientos.
Solo escribirlos.
Veo amor, pero no sé si soy capaz de sentirlo.
Escribo sobre historias de amor, pero no sé si soy capaz de vivirlas.

¿Y si es todo un esfuerzo en vano por variar el ritmo de los latidos de mi corazón?
¿Y si todo lo que escribo tan solo son las bases de las historias que vivo a mi alrededor?
¿Y si soy incapaz de sentir nada?

De vez en cuando pienso que gustaría quitarme la chupa de cuero, los pantalones pitillo, los jerseys anchos, las zapatillas rotas.
Ponerme un vestido mono, zapatos de cristal y medias sin carreras.
A veces me gustaría pertenecer a un cuento de hadas.

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