miércoles, 8 de septiembre de 2010

Fresas y república.

Nos empeñamos en buscar nuestra media naranja como si la vida fuera una puta macedonia.
Una vez que creemos encontrar a alguien que conecta bien con nuestros gajos nos creemos los seres más felices del mundo y todo parece maravillosamente maravilloso.
Pero pasa el tiempo y cuando se exprime todo el jugo y se termina, nos deprimimos porque nuestra supuesta mitad no quiere seguir alimentando nuestro día a día.
Tontería, ni somos naranjas, ni somos limones.
Yo me pido fresa, y quiero que todos mis amigos me disfruten con nata cada día.
Si tu media naranja no te quiere ¡Échale azúcar a tu vida!

No hay comentarios:

Publicar un comentario